Cuesta decir adiós

 Cuento que incluya 2 frases del Diario de Lectura y un Objeto Clave más 2 historias

 

Cuesta decir adiós


Siento que el tiempo pasa lento, y más en estas situaciones. Me duele verla así, tan mal y sin siquiera reconocerme, dormida como si nada pasara. Últimamente, estas semanas son rutina para mí, todos los días me despierto temprano y junto a mi mama, pasamos casi todo el día en el hospital, esperando que mi abuela mejore o rezando para que nada malo le pase y sufra lo menos posible.

Actualmente, estamos hace 1 mes así, desde que la internaron no me anime a entrar y verla en ese estado, conectada a muchos aparatos y débil, prefiero quedarme con los recuerdos más felices que pase con ella. Las tardes que pasamos juntas, acostadas en su cama, tapadas con aquella manta marrón con flores en detalle, viendo la novela que a ella tanto le gusta y comentando sobre la pareja principal, que en ese momento estaban peleando y se habían separado. O las noches donde la ayudaba a hacer empanadas de jamón y queso, mis favoritas, y ella se encargaba de hacer el repulgue, ya que nunca serví para esas cosas. O las caminatas que hacíamos juntas, charlando de cualquier tema y escuchando aquella risa que tanto me gustaba y de la cual me sentía tan privilegiada de provocar. Las salidas al súper, agarradas de la mano para que pueda estabilizarse y no le cueste tanto caminar o las salidas a tomar un café. Esos pequeños momentos, en los cuales fui feliz y que me marcaron, que siempre recordare alegremente.

(…)

Me despierto con el llamado de mi mama, la veo rara, con una cara seria y lágrimas en sus ojos, en mi cabeza se cruzan miles de situaciones posibles y uno de los más presentes es el peor y coincido con lo que me dice mi mama; mi abuela había fallecido y a mí se me vino el mundo abajo.

Me deja un momento a solas en mi habitación, para procesar la situación y lo único que me sale es llorar, llorar a mas no poder, llorar hasta deshidratarme, llorar como si eso sirviera de algo, llorar ahogando los gritos y llorar pidiendo que no sea real.

Con pocas ganas me cambio, para acompañar a mi familia en esta situación y ayudarlos en el papelerío que se nos viene. Recibo mensajes de mis amigas y familiares pero no me siento con ánimos de contestarles, lo único que quiero es que todo esto sea un sueño.

Nos dirigimos al velatorio, algo a lo que siempre le hui, ese ambiente tan frio, tan seco y tan solitario. En mi cabeza lo único que aparece por mi mente, y resuena, es una frase que escuche en una de las últimas canciones que descubrí, de un artista que me estuvo acompañando en este proceso, “Aparece en mis sueños, por lo menos así charlamos un rato” y es algo que ahora quiero que suceda, es algo que necesito. Necesito escucharla, sentirla o verla por última vez, sumar otro recuerdo más, sentir que no va a ser el último y saber que ella está bien, que se fue bien y sin sufrir, que a pesar de que no quería que suceda esto era lo mejor para todos, para que no suframos nosotros viéndola así y para que ella no sufra sintiéndose así. Necesito grabarme su voz, teniendo ese temor a que se me olvide, a que me olvide de su cara, que me diga que todo va a estar bien,  que me quiere, que nos quiere y que nos va a cuidar desde arriba, que se siente orgullosa de mi como varias veces me lo dijo en presencia.

Como puedo continuo con mi semana, a duras penas y sin motivación, como también lo noto en mi familia y es justificable. No fui a la escuela estos días y solo tuve contacto con mi mejor amiga, a quien también vi en el velatorio y me sirvió de mucha ayuda su compañía, la necesitaba realmente.

-         ¿Cómo estás? –Escucho que me dice y atino a decirle que ya no se llorar, que ya no tengo ganas de hacerlo y que lo único que me sirve es dibujar lágrimas, para afrontar esto y tratar de expulsarlo de alguna manera.

Como distracción nos dirigimos a lo que era la habitación de mi abuela, que ahora quedo como la habitación de mi hermano y juntas, acostadas y tapadas con aquella manta tan importante para mí, comenzamos a hacer zapping en el televisor, buscando algo que nos entretenga para ver, chocándonos con la novela, mi novela, nuestra novela, que no va a ser lo mismo verla sin ella. Mi amiga me mira al darse cuenta y con una mueca asiento la cabeza, para darle a entender que está todo bien y por fin elegimos algo para dejar de fondo, una película animada.

Al notarme tan desanimada, mi amiga me aferra a sus brazos y rodeando su cuerpo con los míos, recibiendo caricias en mi cabeza, de a poco comienzo a dormirme, acordándome de los momentos en los que fui más feliz, acordándome de los momentos donde llegue a discutir con mi abuela, generando una sonrisa inconsciente en mi cara y deseando que me vea así, un poco contenta entre este escenario de tristeza y melancolía, deseando que me cuide de ahora en adelante y deseando que su alma se encuentre a mi alrededor, cuidándome y protegiéndome de la maldad. Tal vez ella no debería haberse ido, tal vez la que se debería haber ido fui yo, tal vez es todo parte de mi imaginación, tal vez sea yo quien este visitando a mi familia en este momento, para ver como continúan sin mí, para ver si están contentos o si están tristes, si me olvidaron o si piensan en mi…

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Análisis del texto "¿Por qué no bailan?" de Raymond Carver

Algo que no se nombra

Sueños y más sueños